viernes, 22 de mayo de 2020

PANAMA 2015



En febrero del 2015, tuve la suerte de ser invitada a Panamá por una amiga mía panameña que vive mitad del año en Panamá y mitad en EE. UU.  Nunca imagine que algún día iba a poder visitar ese país. Fue un viaje fantástico, un clima espectacular y con gente hermosa.
Como viaje en febrero, en Michigan estaba nevando y hacia muchísimo frio y al llegar a Panamá me encontré con el cambio abrupto de clima. En Panamá siendo pleno verano hacia un calor impresionante. Yo no soy amante del frio así que estaba en mi salsa.  


A mi amiga le encanta manejar, así que me llevo a conocer muchísimos lugares. Panamá es distinto a otros países que he visitado. Pareciera pequeño, es moderno, pero a su vez conservador. Tiene sus barrios elegantes, como también sus barrios clase media y pobres también. Me gusto mucho el hecho de que siempre ves agua, yo amo el océano, muchas veces digo que debería haber sido Delfín. La vegetación es preciosa, las flores de tantísimos colores y variedades le dan una imagen tan hermosa a todos los lugares. Como en Miami o puerto Rico hay palmeras por todos lados y a mí me fascinan.



Como fui en época de carnavales, lo primero que hicimos fue ir a un pueblo que se llama Chitré en las Tablas. Me gustó mucho el contraste de la vegetación entre Chitré y la ciudad. Ahí fuimos para ver los desfiles. Cada día hay un tema diferente, como por ejemplo tema fantasía y las carrozas cambian de motivo al igual que los vestido, disfraces y polleras. Fue algo novedoso para mí y me gusto muchísimo. El pueblo se divide en dos los de “Calle arriba” y los de “Calle abajo” y compiten con desfiles, carrozas, fuegos artificiales, vestidos, etc. Todo en un clima festivo, mucha música y baile y la comida típica muy deliciosa.  Ahí estuvimos toda la noche hasta las 3am. Al otro día nos fuimos a ver lo que llaman “La mojadera” todo el mundo tirándose agua, música, comida, alegría en fin son los Carnavales.
La comida me hace acordar a Puerto Rico. Arroz con gandules, empanadas, sándwiches de carne.



Estuvimos en el Casco viejo, nombre que recibe el sitio adonde fue trasladada en 1673 la ciudad de Panamá. Muy bonito y típico. Otro día me llevaron a un restaurant típico “Las Tinajas” con comida deliciosa y un Show espectacular. Fuimos a Chepo al puerto Coquira, y de ahí a un balneario.
La Sra. Del balneario me regalo plátanos y gandules, que ellos le llaman “Guandu” También probé el jugo de maracuyá que me supo a jugo de durazno. Probé otra bebida llamada “Chicheme” pero no me gusto. En Panamá se come mucho la yuca frita, tostones que ellos le llaman patacones (Hechos de plátano) también hacen el plátano tentación que es delicioso porque es como acaramelado y unos bollitos de yuca.
Seguimos paseando y esta vez fuimos a una playa en Punta Chame. Hermosa y el agua estaba calentita. Me metí en el agua y no Sali en toda la tarde. Fui picada por un agua viva pero no me importo.  Amo la playa.



Otro paseo fue ir a ver al Cristo negro de Atalaya que en Panamá es de gran devoción. Me pareció muy hermoso.
Paseo esperado “El Canal de Panamá” fuimos al museo, vimos como entraba un barco al Canal, y de ahí nos fuimos a un restaurant donde comimos mas comida típica. Ropa Vieja y Buñuelos o oreja de elefante o hojaldre como le llaman ellos.
Nuevo paseo por la Cinta Costera. Una vista hermosísima. Me hubiera quedado ahí días. Al otro día fuimos a Panamá viejo de compras. Y al día siguiente a otro lugar super hermoso “Taboga” Una isla a la cual se llega en una lancha o como le llamamos los argentinos catamarán. Es un lugar hermoso, se ve como las películas italianas. Lo primero que se ve es una montana llena de casitas hermosas que desembocan en la playa, todo rodeado de una vegetación increíble, flores de todo tipo y colores. El agua calentita y la arena suavecita y no hay olas, parece una piscina. Ahí pase toda la tarde otra vez en el agua.  



Nuevo día, nuevo paseo, esta vez en barco por el Canal. Fue una experiencia única estar en el canal, ver como se abren las compuertas y ser parte del proceso. Realmente me maravillo porque nunca en la vida había pensado en ir a Panamá y menos conocer el famoso Canal.
Últimos paseítos, fuimos hacia Colon, luego a ver al Cristo Negro rodeado por lugares antiguos, ruinas, y de ahí al Valle de la Luna, a donde broto agua y la virgen pidió una Iglesia.
Pues así termino mi recorrido por parte de Panamá, entre turismo, amistades, encuentros familiares, Misa, visita a lugares religiosos, comida y bailes típicos. Fue una experiencia maravillosa y llevo los recuerdos de lo bello que es Panamá y su gente en el corazón.
En este enlace se puede ver mucho sobre Panama.





lunes, 18 de mayo de 2020

Venezuela - Mis recuerdos


Yo por Nacer:

Ahí estoy en la pancita de mi mama 1952. En Caracas, mis papas recién casados y llegaditos de EE. UU. Se casaron en abril en Nueva York, y se fueron por barco a vivir a Caracas a donde nací exactamente a los 9 meses. La que esta al lado de mi mama es mi tía que nos vino a visitar desde Puerto Rico. (Mi mama es nacida en Puerto Rico y mi papa nacido en Nueva York)

Mi vida en Venezuela fue relativamente corta-14 años, pero de esos 14 años tengo muchos recuerdos de lugares bonitos que nos gustaba ir. A mi para le gustaba mucho salid de paseo, así todos los fines de semana íbamos a algún lugar.

Coney Island un parque de diversiones para ir unas cuantas veces al año. Para esa época ya tenía un hermano y una hermana. Nuestro juego favorito era la montaña rusa. Todavía recuerdo las mariposas que sentía en el estomago mientras el carrito subía por la vía y el corazón se me iba acelerando hasta que llegaba el momento culmen a donde me agarraba del barrote con todas mis fuerzas, porque sabía que llegando a la cima era inevitable la bajada a toda velocidad de una altura que para nosotros los pequeños nos parecía estar más allá de las nubes. Nos bajábamos del carrito con esa sensación de victoria de ver logrado algo sumamente peligroso. Éramos superhéroes.

Otro lugar fantástico para nosotros niños, y seguramente para los adultos lo era igual, el teleférico. Recordemos que Caracas es un valle rodeado de montañas, así que no solo la altura del teleférico era imponente sino también la vista. Si girabas a un lado podías ver la ciudad pequeñita con toda su grandeza y movimiento y girando al otro lado veías el océano con su vista majestuosa. Nos encantaba ver hacia abajo y nos daba la sensación de estar volando.  

Hay una colonia alemana, La colonia Tovar, a unos 60 km de Caracas a donde a mi papa le gustaba mucho ir. tardábamos un poco mas de una hora porque parábamos a ver lugares en el camino y sacar fotos. Cuando veíamos aparecer la colonia empezamos a saltar en el carro de alegría. Un lugar muy bello, típico alemán. Nos gustaba mucho comer ahí algo típico.


Cuando mi papa quería salir y no sabia adónde, agarraba el mapa, cerraba los ojos y a donde le caía el dedo ahí íbamos, así conocimos la bahía de Cata. Una playa preciosísima, y muy tranquila, no era muy conocida, así que lo pasábamos espectacular.  El camino hacia la bahía era montañoso, casi selvático diría, solo veías vegetación. No había casi construcciones en aquella época. Hablo de los años 62-65.

Toda la familia éramos fanáticos del mar, así que ese era nuestro lugar favorito y a donde íbamos muchísimas veces. Íbamos mucho a una playa que se llama Playa Grande cerca del aeropuerto. Para ir ahí teníamos que cruzar las montanas lo cual era un viaje bastante largo y de muchas curvas, a veces nos mareábamos en el carro. Pero por suerte ese viaje duro poco porque muy pronto terminaron el túnel Caracas a la Guaira, ósea que, en vez de ir por la montaña, pasabas por el túnel a través de la montaña. A nosotros nos encantaba el túnel, nos parecía algo fuera de este mundo, y lo más hermoso era, que, al salir del túnel, lo primero que se veía era el mar y además enseguida percibías el olor del mar. Cuando llegábamos lo primero que hacíamos era ir a un restaurant a comer algo y de ahí a la playa a donde pasábamos el resto del día.

Y el final de mi historia en Venezuela fue el 29 de julio del año 1967 cuando viajamos para EE. UU. a donde nos mudamos definitivamente. Esa noche a las 8pm. Estábamos en el Aeropuerto listos para embarcar cuando de pronto, comenzó a temblar la tierra, estallaron los ventanales del aeropuerto, se corto la luz, en fin, comenzaba el gran terremoto del año 1967. A nosotros nos subieron en un avión, a partimos a nuestra nueva vida en EE. UU. dejando atrás, recuerdos, cultura, idioma y esa noche dejábamos a mucha gente herida, o que perdieron la vida. Fue algo muy triste. Solo puedo estar eternamente agradecida a Dios por su cuidado y tratar de vivir una vida digna y valorar la vida en todos sus aspectos. 


Mis hermanos y yo disfrutando de nuestra niñez en Caracas, Venezuela.