lunes, 18 de mayo de 2020

Venezuela - Mis recuerdos


Yo por Nacer:

Ahí estoy en la pancita de mi mama 1952. En Caracas, mis papas recién casados y llegaditos de EE. UU. Se casaron en abril en Nueva York, y se fueron por barco a vivir a Caracas a donde nací exactamente a los 9 meses. La que esta al lado de mi mama es mi tía que nos vino a visitar desde Puerto Rico. (Mi mama es nacida en Puerto Rico y mi papa nacido en Nueva York)

Mi vida en Venezuela fue relativamente corta-14 años, pero de esos 14 años tengo muchos recuerdos de lugares bonitos que nos gustaba ir. A mi para le gustaba mucho salid de paseo, así todos los fines de semana íbamos a algún lugar.

Coney Island un parque de diversiones para ir unas cuantas veces al año. Para esa época ya tenía un hermano y una hermana. Nuestro juego favorito era la montaña rusa. Todavía recuerdo las mariposas que sentía en el estomago mientras el carrito subía por la vía y el corazón se me iba acelerando hasta que llegaba el momento culmen a donde me agarraba del barrote con todas mis fuerzas, porque sabía que llegando a la cima era inevitable la bajada a toda velocidad de una altura que para nosotros los pequeños nos parecía estar más allá de las nubes. Nos bajábamos del carrito con esa sensación de victoria de ver logrado algo sumamente peligroso. Éramos superhéroes.

Otro lugar fantástico para nosotros niños, y seguramente para los adultos lo era igual, el teleférico. Recordemos que Caracas es un valle rodeado de montañas, así que no solo la altura del teleférico era imponente sino también la vista. Si girabas a un lado podías ver la ciudad pequeñita con toda su grandeza y movimiento y girando al otro lado veías el océano con su vista majestuosa. Nos encantaba ver hacia abajo y nos daba la sensación de estar volando.  

Hay una colonia alemana, La colonia Tovar, a unos 60 km de Caracas a donde a mi papa le gustaba mucho ir. tardábamos un poco mas de una hora porque parábamos a ver lugares en el camino y sacar fotos. Cuando veíamos aparecer la colonia empezamos a saltar en el carro de alegría. Un lugar muy bello, típico alemán. Nos gustaba mucho comer ahí algo típico.


Cuando mi papa quería salir y no sabia adónde, agarraba el mapa, cerraba los ojos y a donde le caía el dedo ahí íbamos, así conocimos la bahía de Cata. Una playa preciosísima, y muy tranquila, no era muy conocida, así que lo pasábamos espectacular.  El camino hacia la bahía era montañoso, casi selvático diría, solo veías vegetación. No había casi construcciones en aquella época. Hablo de los años 62-65.

Toda la familia éramos fanáticos del mar, así que ese era nuestro lugar favorito y a donde íbamos muchísimas veces. Íbamos mucho a una playa que se llama Playa Grande cerca del aeropuerto. Para ir ahí teníamos que cruzar las montanas lo cual era un viaje bastante largo y de muchas curvas, a veces nos mareábamos en el carro. Pero por suerte ese viaje duro poco porque muy pronto terminaron el túnel Caracas a la Guaira, ósea que, en vez de ir por la montaña, pasabas por el túnel a través de la montaña. A nosotros nos encantaba el túnel, nos parecía algo fuera de este mundo, y lo más hermoso era, que, al salir del túnel, lo primero que se veía era el mar y además enseguida percibías el olor del mar. Cuando llegábamos lo primero que hacíamos era ir a un restaurant a comer algo y de ahí a la playa a donde pasábamos el resto del día.

Y el final de mi historia en Venezuela fue el 29 de julio del año 1967 cuando viajamos para EE. UU. a donde nos mudamos definitivamente. Esa noche a las 8pm. Estábamos en el Aeropuerto listos para embarcar cuando de pronto, comenzó a temblar la tierra, estallaron los ventanales del aeropuerto, se corto la luz, en fin, comenzaba el gran terremoto del año 1967. A nosotros nos subieron en un avión, a partimos a nuestra nueva vida en EE. UU. dejando atrás, recuerdos, cultura, idioma y esa noche dejábamos a mucha gente herida, o que perdieron la vida. Fue algo muy triste. Solo puedo estar eternamente agradecida a Dios por su cuidado y tratar de vivir una vida digna y valorar la vida en todos sus aspectos. 


Mis hermanos y yo disfrutando de nuestra niñez en Caracas, Venezuela. 



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